lunes, 6 de diciembre de 2010

Desarrollo fisico y mental de los bebes

Uno de los momentos más intensos para una madre es el nacimiento de su bebé.
Después de nueve meses de embarazo los padres por fin conocen su carita. ¿A quién se parece: a papá o a mamá? Esta es una de las preguntas más habituales entre los familiares que visitan por primera vez al recién nacido en el hospital.
Para los padres se inicia una nueva etapa, una nueva vida. Poco a poco se tienen que adaptar a nuevas rutinas relacionadas con el bebé recién nacido: su alimentación, el cambio del pañal, el paseo...Y las preocupaciones más comunes de los padres están relacionadas con el sueño y la alimentación del bebé recién nacido. 
Los cambios que los bebés experimentan en sus primeros años de vida son realmente espectaculares. De ser un recién nacido desvalido, pasa a convertirse en un niño cada vez más autónomo que anda, juega y se relaciona con los demás.

Desarrollo de los bebés de un mes. Cambios en el primer mes.

El primer mes de vida de los bebés recién nacidos significa para ellos una etapa de adaptación a la vida fuera del útero materno.
En este periodo, también descubrimos el temperamento de nuestro bebé. Es decir, si el bebé es fácil de calmar y consolar cuando llora o bien se muestra irritable ante cualquier leve molestia o cambio de rutina. Aprendemos a conocerlo, a entenderlo, a cuidarlo... 
También para sus padres este periodo exige muchas adaptaciones. Unas son visibles y concretas: adaptar la casa, realizar nuevas actividades... Y otras menos perceptibles y profundas, de índole psicológica sobre nuestro papel cómo padres.

La higiene del bebé: aseo diario del recién nacido

Los cuidados de los oídos, los ojos, la nariz, los genitales y el cordón umbilical, entre otros, son fundamentales para evitar que el bebé sufra infecciones, irritaciones u otros problemas que podrían perjudicar su salud.

El pelo con el que nace el bebé es sustituido, de forma paulatina y casi imperceptible, por el pelo definitivo. De ahí que no sea necesario cortárselo durante los primeros meses. Además, resulta algo difícil de hacer, ya que el recién nacido no es capaz de sostener la cabeza por sí mismo.
Dado el carácter graso del cuero cabelludo del recién nacido, pueden aparecer unas escamas de color marrón en la cabeza que se conocen como "costra láctea". El cepillado diario del cabello después del baño evita la formación de esta costra. Se debe utilizar un cepillo de cerdas suaves que no arañe su cuero cabelludo.
Si la costra láctea se ha formado ya, es necesario limpiarle la zona con aceite de almendras, aceite de oliva o vaselina y, transcurridas unas horas, lavarle la cabeza con un champú neutro para bebés. La costra láctea se desprenderá por sí sola al cabo de varios lavados.

Debido a que los recién nacidos respiran únicamente por la nariz, es muy importante que sus fosas nasales no estén obstruidas. Para descongestionar la nariz del bebé no se deben usar bastoncillos, ya que pueden empujar las mucosidades hacia dentro, empeorando el problema.
Cuando tiene abundantes mocos o cuando le cuesta respirar, se le deben administrar unas gotas de suero fisiológico en cada fosa nasal y aspirar cuidadosamente las mucosidades con una pera de goma o un aspirador especial para este uso, ya que el bebé no sabe expulsarlas por sí mismo.
Esta operación es bastante molesta para el bebé. Por ello es preferible realizarla cuando esté completamente relajado. Un momento ideal sería después del baño, cuando las mucosidades están reblandecidas y el bebé tranquilo.

En las niñas, los genitales deben limpiarse de delante hacia atrás para no arrastrar hacia la vulva las bacterias de la zona anal. En los niños, el pene y los testículos deben limpiarse sin hacer retroceder el prepucio.
Cuando se aplique crema en los genitales, sólo debe hacerse de forma externa, sin separar en ningún caso los labios de la vulva ni hacer retroceder el prepucio.

En el útero materno el bebé se alimenta a través de los vasos sanguíneos del cordón umbilical. Al nacer, el médico estrangula, con una pinza, el cordón umbilical a unos centímetros del ombligo y lo corta. El trozo que permanece unido al bebé se seca y se desprende aproximadamente dos semanas después.
Para evitar que el cordón se infecte, hay que cubrirlo con una gasa estéril empapada en alcohol de 70 grados. Como el cordón umbilical puede estar en contacto con el pañal sucio, es importante cambiar frecuentemente los pañales. Conviene que los padres repitan esta operación a diario, después de cada baño y cada vez que se moje la gasa.
Si el cordón umbilical desprende mal olor, si se produce secreción, si sangra o si la piel circundante se enrojece, debe consultarse con el pediatra.
Al desprenderse puede quedar una pequeña herida que cicatrizará pronto con sólo mantenerla seca y limpia.












No hay comentarios:

Publicar un comentario